En Ecuador hay una larga tradición de resistencia a los TLCs, pues éstos atentan contra la soberanía de los pueblos y afectan a la vida de los campesinos y pequeños productores. Sin embargo, y a pesar de las luchas contra el ALCA en 1999 y contra el TLC con los EEUU en el 2005, hoy se lleva adelante un proceso de negociaciones para lograr un acuerdo comercial entre nuestro país y la Unión Europea. El Gobierno ecuatoriano y varios grupos de interés ligados al sector exportador sostienen que el éxito de la economía del país depende de la reducción de aranceles para los productos de exportación. Pero este argumento sólo considera los intereses de los exportadores y nada menciona sobre los costos que un tratado de este tipo tendría para los pequeños productores y campesinos locales.
Debemos saber distinguir lo que beneficia al 1% de la población y lo que nos beneficia al resto. Ésta página busca dar luz a esa crítica.