Masiva movilización contra el G20 en México: el G20 contra los pueblos

La
Plaza del Zócalo del Distrito Federal de México recibió a más de 15.000
personas que se movilizaron en una marcha “anti-Calderón y contra el
G20”, que partió desde el Monumento a la Revolución, recorrió todo el
centro de la ciudad y acabó en la plaza principal del DF. En la
movilización se contó con la presencia de distintas organizaciones
sociales en donde los sindicatos tuvieron una importante convocatoria.
Incluso se contó con delegados internacionales de más de 20 países que
se dieron cita en estos días por la Cumbre de los Pueblos frente al G20
organizada tanto en México DF como en la ciudad de La Paz, en la Baja
California Sur.
Mientras tanto, la cumbre oficial organizada en la exclusiva ciudad
de Los Cabos, a 140km de donde se realizaban las manifestaciones,
llegaba a resoluciones que ya son conocidas y que no buscan resolver la
crisis en favor de los intereses de los pueblos sino de la banca
internacional. La decisión más concreta es la aprobación de un nuevo
financiamiento al Fondo Monetario Internacional (FMI) nada menos que por
unos US$ 456.000 millones. La mayor parte de este increíble monto será
destinado a auxiliar a los países en crisis (es decir los países
centrales del capitalismo), gracias a la contribución que realizarán…
¡esos mismos países! Casi la mitad de ese dinero (US$ 200.000) será
aportado por los miembros europeos del G20 para… ayudarse a sí mismos
(!?). Suena increíble, pero eso ha resuelto el G20 como medida para
“resolver la crisis”. A todo esto, los EEUU no realizarán aportes para
este fondo de salvataje…
Cabe preguntar a quién beneficiará todo este dinero. Y la respuesta
no es otra que al sector financiero: los bancos y las entidades
prestatarias a nivel internacional, las cuales han sido responsables
principales de la crisis actual.
La moraleja de todo esto parece una broma de muy mal gusto: “puedes
causar una crisis internacional que llevará al desempleo y la quiebra a
millares de ciudadanos en el mundo, que de todos modos los dineros
públicos vendrán a tu rescate una y otra vez… y con acuerdo de los
principales gobiernos del mundo”. Esa parece ser la moraleja.
Son por este tipo de motivos por los cuales se alzan eventos como la
Cumbre de los Pueblos frente al G20, la cual forma parte del proceso de
cumbre de los pueblos que hacen presencia en cada momento y en cada
lugar donde la institucionalidad de este mundo injusto se reúna para

convalidar
su orden. Porque será la pobreza la que financiará la riqueza, las
víctimas del ajuste en España los que auxiliarán a la banca europea, los
trabajadores de los países empobrecidos los que rescatarán a bancos que
se enriquecerán con estos mecanismos. Son estas grandes contradicciones
las que denuncia el proceso de Cumbre de los Pueblos.

Pero
no es solamente el tema de la banca la que ha cruzado los debates
dentro del G20 oficial. España, país oficialmente no miembro del G20
pero con Gran Bretaña como aliada al efecto, solicitó la expulsión de
Argentina del G20 por haber incumplido compromisos dados en el ámbito
del G20 en sesiones anteriores. Al mismo tiempo, el gobierno de Chile
prontamente se prestó para remplazarla iniciando un lobby para lograr
dicho objetivo. El motivo de este pedido español es la alusión al caso
de la expropiación de la empresa española Repsol como excusa para
mostrar los compromisos rotos por Argentina. Lo llamativo es que lo
invoque el gobierno que expropió el banco Bankia a poco después de la
decisión argentina de expropiar el 51% de las acciones de la petrolera
Repsol.

El real objetivo de estas acusaciones es mostrar que los gobiernos
están haciendo mucho por la crisis, por respetar los compromisos
asumidos y por aparentar que el proceso de cumbres del G20 está dando
frutos. Lo cierto es que dichos frutos, de haberlos, no ayudan a los
pueblos, y es esto lo que los gobiernos callan.

Por ello es que el principal argumento sostenido por los movimientos
sociales en torno al G20 sea su ilegitimidad. Pareciera haber una
transmutación en las representaciones que se asumen desde los procesos
electorales hasta la composición del Grupo de los 20. Los veinte
gobiernos han sido elegidos por la voluntad popular de su ciudadanía,
mas cuando ellos se reúnen en esa “mesa chica” de las 20 naciones más
poderosas del mundo –dejando afuera de la misma a las 173 naciones
restantes-, la representación parece dirigirse hacia los intereses
corporativos mas que a las necesidades sociales. Así es cómo estos 20
gobiernos, incluso dentro de sus matices, se han autoconvocado para
hallar supuestas salidas a la crisis, cuando sus resoluciones no se
apartan del decálogo neoliberal.

Por
todos lados de la ciudad de La Paz, en la Baja California, se daban
expresiones de esta confrontación de los intereses corporativos a las
necesidades sociales. La movilización surgida por la Cumbre de los
Pueblos frente al G20 en La Paz sorprendió a los apacibles visitantes de
ese destino turístico, que irrumpieron la acomodada agenda electoral
ante sus reclamos de justicia, dignidad y solidaridad entre los pueblos.
Las mesas que conformaron el seminario internacional realizado tanto
en la capital mexicana como en La Paz fueron las actividades que
organizó la Coalición Mexicana frente al G20, cuya finalización cerró
con un festival al atardecer de la exquisita costa californiana.
El derrotero de cumbres oficiales del G20 seguirá en año entrante en
Rusia. Seguramente pocos serán los mexicanos que puedan estar allí
expresando lo que se manifestó en esta semana. Sin embargo, allí
seguramente se manifestará la sociedad rusa así como otros miembros de
otras naciones del mundo, dado que lo que se resuelve en esta “mesa
chica” de la globalización afecta a los 7.000 millones que habitamos el
mundo. Porque ellos son 20 y nosotros somos 7.000 millones, y donde sea
que se encuentren, estaremos.
Javier Echaide (CADTM – AYNA / ATTAC – Argentina)
(Enviado especial a México)