Ecologistas en Acción (España) identifican grandes falacias TLC Ecuador-UE

No al TLC con la UE
 
Señor Asambleísta
Fernando Bustamante
Presidente Comisión de Asuntos Internacionales
Asamblea Nacional    fernando.bustamante@asambleanacional.gob.ec
Señora Asambleísta
María Augusta Calle
Vice Presidenta Comisión de Asuntos Internacionales Asamblea Nacional
maria.calle@asambleanacional.gob.ec
 
Señor/a Asambleísta:
A
través de la presente, Ecologistas en Acción -una Confederación
española de 250 grupos en defensa de la justicia social y ambiental-,
así como miembro de la Red Birregional América Latina, el Caribe y
Europa “Enlazando Alternativas”, quiere unirse a la preocupación de
miles de ecuatorianas/os y de la sociedad civil internacional frente a
la firma, y una posible ratificación del acuerdo comercial con la Unión
Europea (UE).

 
Deben
saber que la UE persigue una política comercial muy agresiva (bajo la
lógica “La Europa Global: Competir en el mundo”, estrategia comercial de
la UE del 2006) como “salida de la crisis”. La política comercial y de
inversiones perseguida por la UE en los últimos años ha sido uno de los
procesos con más impactos socio-ambientales a nivel global. El cambio
climático, el robo de recursos naturales y la crisis alimentaria son
algunos ejemplos claros.


La
política comercial exterior de la UE ha estado enmarcada en el modelo
económico dominante caracterizado por la generación de crecimiento
económico por el lado de la oferta (intensificando el comercio exterior,
la internacionalización de las empresas y con un fetichismo de la
competitividad subordinándole cualquier otra política), la dominación
del sector financiero (acumulación a través de la financiarización de la
economía, creando beneficios sobre todo con la creación de productos,
la inversión y especulación financieras, incluso de las empresas no
financieras, de allí el interés del sector financiero en la
desregulación de los servicios financieros a nivel global), políticas
fiscales injustas, la privatización del sector público y la creación o
generalización de un sector laboral de bajos ingresos (especialmente en
los servicios).


En
paralelo al proceso de aprobación del Tratado de Lisboa –que blindaría
una UE neoliberal, eliminaría todos los “obstáculos” al libre comercio
mundial y garantizaría la libre circulación de capitales–, en 2006 la UE
profundizó su estrategia de política comercial con la comunicación “Una
Europa Global: Competir en el Mundo”, buscando de manera agresiva una
completa desregulación de los mercados a favor de las grandes
corporaciones europeas. En el centro de la estrategia Europa Global
estaba la negociación de una nueva generación de Tratados de Libre
Comercio (TLC) regionales y bilaterales.

 
Elementos
centrales que incluyeron la cooperación reforzada para facilitar a los
exportadores europeos el acceso a los mercados, diseñados para hacer
frente a los “obstáculos” a las exportaciones de la UE6; una política
para obtener acceso ilimitado a las materias primas en todo el mundo.

 
El
TLC UE-Ecuador significará la apertura comercial del Ecuador a un
bloque económico, político y financiero capitalista de primer orden, que
es la tercera economía del mundo, con una industria y una agricultura
muy consolidadas en base a gigantescos subsidios. La UE intentará
inundar el mercado ecuatoriano con productos subsidiados (como lo ha
hecho con otros mercados de Latinoamérica, África, Asia y el Caribe),
con los cuales no será posible competir, mucho menos los pequeñas/os y
medianas/os productoras/es del Ecuador. Por otro lado, dificultará los
esfuerzos del actual gobierno de sustituir las importaciones con el fin
de mejorar la balanza comercial del Ecuador y apostar por una industria
propia e independiente de las grandes empresas transnacionales.

 
Este
es un acuerdo comercial que beneficiará especialmente a los grandes
exportadores de banano, atún, camarón, flores y brócoli, muchos de los
cuales son empresas con capital europeo o poderosos grupos económicos
nacionales capitalista que se aprovechan del incremento de desigualdades
en el Ecuador. Mientras tanto, los pequeños productoras/es de leche,
queso y yogurt desaparecerán por la agroindustria europea, que es
altamente subsidiada y que también ha destruido el mundo rural en Europa
y como consecuencia de la Agricultura Agraria de la Unión Europea (PAC)
se han perdido millones de empleos y se lleva profundizando en la
actual crisis agraria y alimentaria.

 
A
través del endurecimiento de las reglas de propiedad intelectual, será
más caro acceder a medicinas patentadas para el tratamiento de
enfermedades como el SIDA y el cáncer. Este acuerdo comercial obligará
además a adoptar derechos de propiedad intelectual sobre las semillas,
lo que beneficiará a las grandes empresas agroquímicas, agroindustriales
y farmacéuticas europeas, y a los obtentores holandeses de nuevas
variedades de flores.


Las
medidas sanitarias y fitosanitarias que impone la Unión Europea no
podrán ser cumplidas por las/os pequeñas/os productoras/es agrícolas
ecuatorianas/os, lo que hará imposible que puedan exportar a Europa y se
verán afectadas/os por la pérdida de empleo y de ingresos y el regreso a
la pobreza por el aumento de los precios de los productos importados.

 
Asimismo,
el acuerdo comercial Ecuador-Unión Europea liberalizará el mercado de
servicios. Podrán entrar al país a competir en “igualdad de condiciones”
por las reglas de la Organización Mundial de Comercio (Cláusula de la
Nación más Favorecida y el Trato Nacional), empresas de servicios
médicos, bancarios, de agua, de telecomunicaciones, lo cual provocará
una nueva ola de privatizaciones como América Latina ha sufrido ya en
los años 90.

 
Estas son sólo algunas de las preocupaciones, por las que demandamos que NO SE FIRME EL ACUERDO COMERCIAL CON LA UNIÓN EUROPEA.
 
FINALMENTE
SOLICITAMOS QUE SE REALICE LA PUBLICACIÓN Y EL ANÁLISIS DE LOS IMPACTOS
ECONÓMICOS, SOCIALES Y AMBIENTALES DEL TEXTO NEGOCIADO.

 
Cordialmente,
Tom Kucharz
En nombre de Ecologistas en Acción (España)